miércoles, septiembre 27, 2006

NICHOLAS BLINCOE


Este periodista inglés es el autor de algunas de las novelas fuck más importantes de Inglaterra. Blincoe ha sabido retratar como nadie el trapicheo, los bajos fondos, la droga, los desfases de la cultura techno, y las movidas más locas de las últimas generaciones salidas de Manchester.
Entre sus obras encontramos The Dope Priest, Manchester Slingback, White Mice y, sobretodo, Colgados y Noches de ácido (vale sí, son las única dos que me he leído).
Sus novelas son cortas, rápidas y muy visuales. Prácticamente son películas impresas en papel, y en su contra se dice que en realidad no hace literatura sino que escribe novelas para que le compren los derechos de adaptación cinematográfica.
Sea lo que sea, lo cierto es que Blincoe se lo pasa en grande escribiendo y eso se transmite al leer la obra. Sus historias son un entramado de pirulas y movidas, a cada cual más extravagante, soportadas en unos sensacionales personajes.
Quizá sea este el punto más interesante de la literatura de Blincoe. La muestra de chalados que encontramos en Noches de ácido van desde un transexual que vuelve a Manchester en busca de venganza y que nada más aterrizar pierde sus hormonas, hasta el antiguo líder de los ultras del Manchester City que es capaz de reclutar un ejército con tal de ayudar a un viejo colega. Por medio: polis, putas, mafiosos, empresarios de la noche, video jockey’s…

Pero es en Colgados donde encontramos la mayor locura. Todos los personajes, consumidos por la droga, el exceso y la telebasura, se muestran desequilibrados y completamente irresponsables.
Entre ellos destacan Frankie Ball, el típico mafiosete inglés afincado en Almería; su esposa Susan, que lo abandona para montarse un restaurante; Hogie, joven cocinero con un show propio en TV y obsesionado con follarse a las madres de sus colegas; Cheb, el místico maitre que no para de copiar los números secretos de las tarjetas de crédito de sus clientes para ponerse hasta las cejas; y mi preferido, Naz, el pistolero paquistaní obsesionado con las pelis de acción que no para de destrozar todo lo que se cruce en su camino.

En resumen, Blincoe describe como pocos el mundo de las raves, de la droga y de la noche de una generación enganchada a sus excesos.

lunes, septiembre 18, 2006

AUSTER dice...

...la memoria no es un acto voluntario, es algo que ocurre a pesar de uno mismo, y cuando todo cambia permanentemente, es inevitable que la mente falle, que los recuerdos se escapen.

EL ODIO (LA HAINE)


Mathieu Kassovitz. Francia. 1995.
En realidad no se trata de una fuck movie. EL ODIO es cine social vestido de fuck para llegar a un público más amplio y el resultado es más que loable.
La película no deja indiferente a nadie. En sentido positivo, ha generado reacciones interesantes como, por ejemplo, la banda sonora a posteriori que compuso ASIAN DUB FOUNDATION, y el portal de internet alternativo LA HAINE

En sentido negativo, su director se ha dedicado a desacreditar al filme con sus posteriores trabajos. No estoy hablando de su siguiente film. LOS RÍOS DE COLOR PÚRPURA es mala, pero hay cosas peores.
¿Alguien se explica como el director de EL ODIO puede ser el actor de AMELIE y MUNICH? Es políticamente inaceptable, casi un sacrilegio.

Centrándonos en la película en sí, hay que reconocer su acertado diagnóstico de la situación socio-política francesa.
La película empieza con un cóctel molotov cayendo a cámara lenta hacia el planeta tierra. En OFF, escuchamos (más o menos): “Es la historia de un hombre que cae desde un piso 50. Mientras cae no para de repetirse: por ahora todo va bien. Por ahora todo va bien.”
Acto seguido vemos imágenes en blanco y negro de disturbios con música de Bob Marley acompañando los créditos. En adelante, el director expone de forma ágil y acertada las causas y consecuencias de esos disturbios.
A nivel visual, este prólogo también marca el estilo visual del film que es en blanco y negro con un uso de la cámara muy cercano al documental.
La historia lo pide y Kassovitz lo hace. No hay gratituidad ni efectismo en esta decisión que resulta atractiva y coherente.
Centrándose en tres jóvenes (un magrebí, un negro y un judío) Kassovitz nos explica porqué está a punto de estallar la burbuja en los barrios bajos franceses. Se anticipa en años a lo que ocurrió hace poco en los suburbios de París.
Retrata a la perfección a una generación mestiza y sin futuro. Sin recursos ni posibilidades. Metida siempre en líos porque no tiene nada mejor que hacer.
Resultan sublimes las elipsis temporales. Como cuando están los tres personajes sentados en una calle y corta a negro con un cartel que pone 30 minutos después y al volver a la imagen los tres personajes sentados en el mismo sitio.
Sin duda Kassovitz demuestra una frescura y un dominio del lenguaje que no ha vuelto a poner en práctica. Al guión se le puede reprochar que repita tres veces el monólogo del hombre que se tira del piso 50. La metáfora es acertadísima, pero incidir tres veces en ella no es necesario.

El autor indaga en este film en temas y posturas que, como se decía, luego ha dejado en entredicho, lo que te lleva a sospechar acerca de sus verdaderas intenciones.
EL ODIO está en el extremo opuesto de AMELIE (y no digamos de MUNICH) ¿Cómo es posible que la misma persona esté implicada en los tres proyectos?
¿Por dinero? No creo.
Quizá nos hayamos dejado llevar por la frescura y la fuerza de EL ODIO y no hayamos sabido interpretarla correctamente todavía.
En todo caso, la película es a todas luces recomendable y su análisis necesario.
Han pasado más de una década y todo lo que esta película avanzaba ha ido ocurriendo. Monsieur Kassovitz, quizá haya llegado el momento de saber que pasará los próximos 10 años. Su carrera y su obra le están pidiendo a gritos una segunda parte de la que sin lugar a dudas fue una de las grandes películas francesas de los 90.

viernes, septiembre 15, 2006

MACHADO dice...

Hoy es siempre todavía.

martes, septiembre 12, 2006

RoBeRts dice...

... quizá, las diez mejores películas de lo que llevamos de nuevo siglo sean (no en este orden):

- Mystic River & Million Dollar Baby. Clint Eastwood. USA. 2003 & 2004.
- Requiem for a dream. Darren Aronofsky. USA. 2000.
- Eternal sunshine of the spotless mind. (Olvídate de mí) Gondry (Kauffman) USA. 2004.


- In the mood for love. Wong Kar Wai. Hong Kong. 2000.
- Binjip (Hierro 3). Kim Ki Duk. COREA SUR. 2004.
- OLDBOY. PARK CHAN WOOK. COREA SUR. 2003.
- El regreso. Andrey Zvyagingtsev. Rusia. 2003.
- Dogville. Lars Von Trier. Dinamarca. 2003.
- Código desconocido. M. Haneke. Francia. 2000.
- Amores Perros. A.G.Iñárritu. México. 2000

OLD BOY

PARK CHAN WOOK. COREA del SUR. 2003.
Sin lugar a dudas, la mejor fuck movie asiática de la década. Inspirada en un manga, es la historia de un pibe que es encerrado durante años en una habitación sin saber porqué. Cuando por fin lo sacan su único objetivo es saber quién ha sido el hijoputa y porqué cojones lo ha tenido allí encerrado durante tanto tiempo.
No recuerdo un planteamiento tan contundente desde aquel mítico “Quiero la cabeza de Alfredo García” de Peckinpah y el habilidoso director coreano lo conduce magistralmente reflexionando en torno a un concepto universal: la venganza.
El autor parte de un imaginario híbrido: tragedia griega, espectacularidad hollywoodiense y esa sensacional mezcla de inocencia y brutalidad que tanto domina el manga, se juntan para conformar un universo visual completamente posmoderno donde el cómic se funde con el videojuego (espectacular la batalla del héroe contra 20 tipos grabada como si fuera una pantalla de videojuego de plataforma) y el videoclip con el MRI.

El guión roza la perfección. Con un planteamiento tan fuerte lo normal es bajar la intensidad (Hollywood sufre para superar este escollo) e ir perdiendo el interés.
En OLDBOY ocurre lo contrario, es admirable como consigue ir subiendo la intensidad mediante el que podríamos llamar el truco más viejo del mundo: el efecto bola de nieve.
La bola va creciendo dejando tras de sí un rastro de sangre, odio y violencia.
En un principio, parece que va a ser la historia de la venganza del protagonista (OH DAE-SU) pero, en un giro muy interesante, resulta ser la venganza de su antagonista (LEE WOO-JIN)
El problema (el puto problema!) que impide que esta película sea perfecta es la explicación.
Y es un error muy frecuente en la cultura asiática.
Son los más bestias a la hora de hacer sufrir a un héroe. Las torturas, venganzas y masacres que describen son atroces. Sin duda, han sabido describir como nadie los límites del sufrimiento humano tanto en el cine negro como en el de terror.
Ahora bien, ¿porqué tanto sufrimiento? Por verdaderas chiquilladas. Es una influencia clara del manga, el despiadado villano que tortura al héroe porque le robó la bicicleta de pequeño o cosas similares.
OLDBOY cae ahí y me parece un error garrafal. La tortura a la que es sometido OH DAE-SU: (QUIÉN NO HAYA VISTO LA PELÍCULA QUIZÁ NO DEBIERA LEER EL SIGUIENTE PÁRRAFO)
- 15 años encerrado sin saber porqué
- Convertido en un animal que solo se mueve por el odio y la venganza
- Perseguido y torturado constantemente
- Y finalmente, inducido a follarse y enamorarse de su propia hija en el que posiblemente sea el giro de guión más bestia que se haya hecho en los últimos cinco años.

Pero, ¿acaso merece todo esto el héroe por un error que cometió de niño? NO. Pero el caso es que aunque hubiera hecho una masacre… ningún ser humano merece ese castigo.
Por eso creo que la reflexión hubiera sido más acertada si no se hubieran explicado los motivos.

PARK CHAN WOOK se coloca con esta cinta entre los más grandes. Demuestra soltura, capacidad y talento de sobra.
Quizá sea, llegado el día, el mejor colocado para suceder a Kitano.
Y los que no hayáis visto todavía OLDBOY… ¿A qué coño esperáis?

lunes, septiembre 11, 2006

el cuento al revés

La ciudad engalanada celebra el enlace entre el bravo caballero y la bella princesa

El caballero victorioso regresa a la ciudad aclamado por su gesta

El valiente caballero vence al temible dragón tras un combate épico


El caballero se dirige decidido hacia la montaña del dragón

La princesa llora desconsolada ante la marcha del caballero

Érase una vez una princesa enamorada... de un dragón

(Gracias Leire)

jueves, septiembre 07, 2006

RoBeRts dice...

la ecuación de la... FELICIDAD: AQUÍ + AHORA.

TARANTINO VUELVE A POR SUS FUEROS


He de decir que odio CSI. Me lo suelo tragar mientras ceno los lunes, por eso sé que hablo con conocimiento de causa y cada vez estoy más convencido de que no me gusta.
No me gusta por varios motivos: porque el esquema es demasiado estricto y previsible, porque todo lo que se dice durante el capítulo tiene que ver con el resultado final del mismo, porque nunca se equivocan, y porque las líneas argumentales transversales (esas que van más allá del simple capítulo y se alargan durante toda la temporada) me parecen flojas y poco atractivas.

Por eso me parece magistral la vuelta de tuerca que le ha dado Tarantino en un solo capítulo.
Muchos me odiarán por lo que voy a decir pero con Kill Bill (aún entendiendo las dos como una sola, creo que es su peor película) y su presidencia en el jurado de Cannes (dándole el premio a la maniqueísta Fahrenheit 9/11) me pareció que al autor de las magistrales Pulp Fiction y Reservoir Dogs se le había pasado el arroz.
Afortunadamente, en este capítulo de CSI, el de Knoxville, ha vuelto a demostrar porqué está donde está y que todavía tiene mucho qué decir.

Tarantino consigue crear un capítulo que encanta tanto a los defensores como a los detractores de la serie. Su mano se reconoce desde la primera steadycam que va del coche al lugar donde se ha producido el crimen. El ritmo habitual de CSI hubiera pedido 5 planos para esa acción, Tarantino usa solo uno porque los otros cuatro sobran.
Acto seguido, el CSI en cuestión (perdonadme, no sé los nombres) es secuestrado. Su raptor lo entierra en un ataúd de cristal con una pistola y un fluorescente verde.
Luego les envía a los CSI una dirección de internet en la que al apretar un botón, se enchufa la luz del habitáculo y mediante una webcam, pueden ver sufrir a su compañero.
Fascinados y con afán de encontrarlo, no paran de darle al botoncito para verlo gimotear. Lo que no se dan cuenta es de que al enchufarse la luz, el aire deja de entrarle a su compañero por lo que al querer verlo, lo están matando.
Una muy interesante reflexión acerca del voyeurismo, y la espectácularización del sufrimiento de la que tanto CSI como Tarantino son claros exponentes (pero no nos engañemos, no viene de ahora: también Posada y Diego Ribera)
La búsqueda avanza y fiel a las reglas de la serie, el culpable es el tercer o cuarto sospechoso, como siempre, lo que Tarantino no respeta es que se sepa al final del capítulo: te lo dice a mitad!!
Y lo cojonudo de todo es el motivo que lleva al malote a hacer lo que hace: los CSI se equivocaron hace años y metieron a su hija en la cárcel por un delito que no había cometido. Por creer en sus sofisticadas y objetivas pruebas, destrozaron la vida a una inocente.
LOS TODOPODEROSOS CSI COMETIERON UN ERROR Y AHORA UNO DE ELLOS VA A MORIR!!!!
Pero… ¿es justificable la pena de muerte? ¿Acaso no existen medios más eficaces para resarcir los errores del pasado?
¿No tenemos derecho, pues, a una segunda oportunidad?
A partir de ahí el objetivo ya no es encontrar al culpable, sino salvar a la víctima.

En el proceso, Tarantino irá renovando y retocando el estilo CSI: planos secuencia (magistral el del momento en que averiguan de que parte de la ciudad vinene las hormigas que se están comiendo a su compañero), diálogos intrascendentes, inclusión en la trama de los familiares de los CSI dándoles otra dimensión más humana a los personajes y, sobretodo, la irrupción de una línea argumental transversal para la siguiente temporada: las consecuencias de todo lo ocurrido en este capítulo.
La resolución es la previsible, lo acaban salvando gracias a sus grandes conocimientos pero en el camino todos los personajes han aprendido algo, todos se han dejado la piel, se han implicado y han ofrecido, sin lugar a dudas, su mejor interpretación de toda la serie (al final resultarán ser buenos actores)

Tarantino ha puesto el listón muy alto y dudo que CSI sepa mantenerlo. En verdad, me da igual porque lo importante es que el maestro
golpea de nuevo y lo hace con fuerza.
Gracias Quentin.
Muchas Gracias.

CECIL B. DEMENTE

John Waters. USA. 2000.
Es una parodia más que interesante del enfrentamiento entre cine comercial y cine independiente. Es verdad que puede tener más de un fleco sospechoso, incluso reprobable, pero coño… lo hacen con gracia!

Es la historia de un pibe que se dedica a hacer películas contra el sistema. Pistola en mano, secuestran a una estrella de Hollywood para que protagonice su fuck movie. La cuestión es que la estrella se acaba implicando hasta el punto de unirse a la guerrilla cinematográfica, emprendiendo así una disparatada batalla contra el cine comercial.
En el camino deberán enfrentarse a los fanáticos del cine familiar, a los camioneros y paralizar el rodaje de la monstruosa secuela de Forrest Gump. Para ello contarán con la ayuda de los aficionados al cine de acción y al porno.

La película ironiza sobre problemas reales desde la más absoluta comicidad. Plantea la división entre dos formas de hacer cine y acierta al mostrarlas en un simbólico combate.
Ciertamente, el cine independiente debería enfrentarse cara a cara al cine comercial. Por principios y por necesidad. En la película, Cecil se enfrenta al cine al que odia y trata de destruirlo.
No ocurre así en el cine independiente real, qué en el 90% de los casos no intenta vencer a su enemigo, sino convencerlo. Está de sobras decir que el objetivo de casi todo cineasta indie es que le fiche una grande para hacer su segunda película.
1ª Reflexión:
¿Cuál debería ser el objetivo del cine independiente?
Para eL PiRata RoBeRts está bastante claro.

Otra cuestión importante es la de la forma, el método. Cecil se opone al cine comercial desde su misma base: la forma de rodarlo. Muchas veces se cae en el error de querer sustituir un paradigma por otro mejor, cuando lo importante y necesario es cambiarlo por otro distinto, otro más adecuado y coherente con los nuevos principios.
eL PiRata RoBeRts se explica: no se trata de sacar la versión 8.7.9. del viejo paradigma/método tratando de que sea la mejor de todas. Se trata de sacar la 1.0. de un nuevo modelo más eficaz y adaptado a las nuevas exigencias.
Básicamente está hablando de las jerarquías. El cine independiente no puede reproducir el sistema jerarquizado de un rodaje convencional (modelo que seguro que le encantaba a Hitler y Stalin).
El método de las escuelas de cine (no olvidemos que todas son privadas y que el único objetivo de los que están ahí arriba es seguir estándolo) en que el director es el amo absoluto, en que el ayudante es el que manda en el rodaje y en el que los de sonido no pueden tocar los cables de los de fotografía, no parece el vehículo más coherente para transmitir mensajes "independientes" (con todas las comillas posibles).
No se puede pretender cambiar el mundo si no se empieza por cambiar las pequeñas cosas como las costumbres, los métodos de trabajo, la actitud… No se puede ir de izquierdoso por la vida y tener a cuatro runners currando 16 horas al día y sin cobrar un duro.
En este punto volvemos a encontrarnos en que el 90% del cine independiente vuelve a fracasar, en este caso en el método.
2ª Reflexión:
¿Qué tiene de independiente el cine independiente?

Sin duda, hay otras formas de hacer las cosas. Otras formas basadas en sistemas colectivos y asamblearios. Otros modelos en los que el consenso prima sobre las jerarquías y el colectivo sobre los liderazgos.
Se pueden hacer cosas interesantes con medios escasos (la digitalización todavía no ha explotado) y quizá sea esa la inyección que el cine necesita para salir de su letargo.

Es aquí donde debemos recordar que se trata de Hollywood ironizando sobre una hipotética confrontación contra su teórico rival.
Como siempre, Goliat vence (alguien se traga la historia de David?) al demostrar que su rival, en verdad, solo es su hermano pequeño que espera crecer para repartirse el pastel.

3ª Reflexión: ¿Sirve el cine para cambiar el mundo?
Me vienen a la cabeza nombres como Buñuel, Rosellini, Godard, Pasolini, pero… ¡Qué quiere que le diga!

BESANDO LA LONA

Por si su espantosa colaboración en el programa de Máximo Pradera no había sido bastante esclarecedora, César Strawberry ha demostrado con su primera novela (y con el corto “Unas pellas”) que, si no se pone las pilas… está cayendo en picado.
Y a eL PiRata RoBeRts le jode porque como líder de los Def Con Dos lo admira.
Esa conjunción de surrealismo hilarante, crítica mordaz y envidiable lucidez le daban y le dan (todavía confíamos en que será capaz de trasladar su genio a una obra más ambiciosa) una credibilidad que pierde en cuanto uno empieza a leer el libro.
Strawberry fue una pieza clave en el panorama subversivo de los noventa. Siempre dándole doce vueltas al sentido común y metiendo el dedo en la llaga sin perder nunca su corrosivo sentido del humor, marca de su fuerte personalidad.
Y es esa personalidad la que se echa de menos en su novela.
Toda la agilidad y frescura a la que nos ha tenido siempre acostumbrados, desaparece en una novela que se hace lenta, aburrida y previsible.
Solo en algunos momentos muy puntuales, y demasiado espaciados, Strawberry suelta su clásico torrente de barbaridades que consigue arrancarte unas risas.
Pero le falta continuidad y enseguida te sumerge de nuevo en la más absoluta indiferencia.

Se dice que está preparando su primer largometraje y a eL PiRata RoBeRts le da miedo.
El corto Unas pellas no es que sea malo, es que no destaca en nada. Con una dirección muy discreta, resulta gris, simple e intrascendente.
RoBeRts dice que le da miedo su peli porque siempre ha esperado mucho de él.
DEF CON DOS han sido los más grandes y no pueden defraudar a su legado social. Han demostrado de sobra su capacidad para contar historias desde nuevos puntos de vista (la clave para hacer buen cine), y que van sobrados de acidez, frescura y contundencia. Y el cine de este puto país necesita eso.
Sus VIDEOHISTORIAS eran muy cutres pero jodidamente buenas, y ese es el espíritu que creemos que se está perdiendo.
En su película, Strawberry no debería dejarse llevar por la perfección de los aspectos técnicos y formales, sino buscar sus orígenes y centrarse en el mensaje. Este error es el que ha llevado a su amigo Álex de la Iglesia a un decepcionante segundo plano en el panorama cultural del estado y que esperamos que no sea definitivo.
En fin, en un tiempo en que el pueblo ha perdido las armas, en que en la política impera el alzheimer, en que todos veraneamos en Puerto Hurraco y en el que los mineros no son los únicos que se han vuelto locos… larga vida a DEF CON DOS.

LUNAR PARK


Bret Easton Ellis demuestra en este libro que cuando el “enfant terrible” deja de ser tan “enfant”, se torna terriblemente insoportable.

En general el libro me ha defraudado aunque hay que reconocer que LUNAR PARK tiene puntos interesantes.
En primer lugar porque es el propio Bret el que a partir de su autobiografía acaba creando una fábula sociopolítica en torno a un argumento que no por repetido deja de ser interesante: el autor que es atacado por su obra.
En la primera parte del libro, la más fuck, ELLIS hace un resumen de lo que fue su vida desde la publicación de su primer éxito, Menos que cero, a la conclusión de la gira de su tercera novela Glamourama y estreno de la película inspirada en su segunda novela, American Psycho.

Es la parte más amena del libro: drogas, sexo, glamour, famoseo, drogas, crítica política, desfases, drogas…
En ella ELLIS demuestra porque está considerado como uno de los padres de la cultura del fuck.
El primer problema es que llegas a creer que el único objetivo de la cuarta novela de ELLIS es venderte las otras tres.
El segundo problema es que cuando acabas de leerte el libro… sigues pensando lo mismo!

Cuando termina la parte biográfica empieza la ficción. Insisto en que no deja de ser interesante el juego que el autor propone aunque se queda bastante cojo.
Aún así, se trata de un ejercicio estilístico que reflexiona sobre la validez de los géneros y las etiquetas culturales.
Marca un viaje, una ruta que va desde la biografía hasta lo paranormal, pasando por el thriller, el absurdo, el surrealismo…
El problema es que lo hace de forma torpe, pierde el ritmo constantemente, aburre… y lo peor de todo es que parece estar haciéndolo a propósito.

Es tan previsible que todas las alucinaciones son fruto de sus propios relatos (Quién piense leerse el libro que no lea la siguiente frase) y que Clayton es él de joven, (ya se puede) que acabas dudando de todo lo demás.
Por no hablar de la patética justificación final de los espíritus y del truco de decir a mitad libro que solo al final del mismo entenderemos porqué se llama Lunar Park.

Es todo tan obvio que acabas pensando que eres gilipollas porque no has captado la oscura metáfora sociopolítica que el autor ha planteado solo para algunos privilegiados.
Sr. ELLIS, creo que ha conseguido su objetivo: no he entendido su libro.

RoBeRts dice...

mil balas no pueden callar una voz, pero... ¿pueden mil voces callar una bala?