jueves, septiembre 07, 2006

BESANDO LA LONA

Por si su espantosa colaboración en el programa de Máximo Pradera no había sido bastante esclarecedora, César Strawberry ha demostrado con su primera novela (y con el corto “Unas pellas”) que, si no se pone las pilas… está cayendo en picado.
Y a eL PiRata RoBeRts le jode porque como líder de los Def Con Dos lo admira.
Esa conjunción de surrealismo hilarante, crítica mordaz y envidiable lucidez le daban y le dan (todavía confíamos en que será capaz de trasladar su genio a una obra más ambiciosa) una credibilidad que pierde en cuanto uno empieza a leer el libro.
Strawberry fue una pieza clave en el panorama subversivo de los noventa. Siempre dándole doce vueltas al sentido común y metiendo el dedo en la llaga sin perder nunca su corrosivo sentido del humor, marca de su fuerte personalidad.
Y es esa personalidad la que se echa de menos en su novela.
Toda la agilidad y frescura a la que nos ha tenido siempre acostumbrados, desaparece en una novela que se hace lenta, aburrida y previsible.
Solo en algunos momentos muy puntuales, y demasiado espaciados, Strawberry suelta su clásico torrente de barbaridades que consigue arrancarte unas risas.
Pero le falta continuidad y enseguida te sumerge de nuevo en la más absoluta indiferencia.

Se dice que está preparando su primer largometraje y a eL PiRata RoBeRts le da miedo.
El corto Unas pellas no es que sea malo, es que no destaca en nada. Con una dirección muy discreta, resulta gris, simple e intrascendente.
RoBeRts dice que le da miedo su peli porque siempre ha esperado mucho de él.
DEF CON DOS han sido los más grandes y no pueden defraudar a su legado social. Han demostrado de sobra su capacidad para contar historias desde nuevos puntos de vista (la clave para hacer buen cine), y que van sobrados de acidez, frescura y contundencia. Y el cine de este puto país necesita eso.
Sus VIDEOHISTORIAS eran muy cutres pero jodidamente buenas, y ese es el espíritu que creemos que se está perdiendo.
En su película, Strawberry no debería dejarse llevar por la perfección de los aspectos técnicos y formales, sino buscar sus orígenes y centrarse en el mensaje. Este error es el que ha llevado a su amigo Álex de la Iglesia a un decepcionante segundo plano en el panorama cultural del estado y que esperamos que no sea definitivo.
En fin, en un tiempo en que el pueblo ha perdido las armas, en que en la política impera el alzheimer, en que todos veraneamos en Puerto Hurraco y en el que los mineros no son los únicos que se han vuelto locos… larga vida a DEF CON DOS.

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