jueves, septiembre 07, 2006

CECIL B. DEMENTE

John Waters. USA. 2000.
Es una parodia más que interesante del enfrentamiento entre cine comercial y cine independiente. Es verdad que puede tener más de un fleco sospechoso, incluso reprobable, pero coño… lo hacen con gracia!

Es la historia de un pibe que se dedica a hacer películas contra el sistema. Pistola en mano, secuestran a una estrella de Hollywood para que protagonice su fuck movie. La cuestión es que la estrella se acaba implicando hasta el punto de unirse a la guerrilla cinematográfica, emprendiendo así una disparatada batalla contra el cine comercial.
En el camino deberán enfrentarse a los fanáticos del cine familiar, a los camioneros y paralizar el rodaje de la monstruosa secuela de Forrest Gump. Para ello contarán con la ayuda de los aficionados al cine de acción y al porno.

La película ironiza sobre problemas reales desde la más absoluta comicidad. Plantea la división entre dos formas de hacer cine y acierta al mostrarlas en un simbólico combate.
Ciertamente, el cine independiente debería enfrentarse cara a cara al cine comercial. Por principios y por necesidad. En la película, Cecil se enfrenta al cine al que odia y trata de destruirlo.
No ocurre así en el cine independiente real, qué en el 90% de los casos no intenta vencer a su enemigo, sino convencerlo. Está de sobras decir que el objetivo de casi todo cineasta indie es que le fiche una grande para hacer su segunda película.
1ª Reflexión:
¿Cuál debería ser el objetivo del cine independiente?
Para eL PiRata RoBeRts está bastante claro.

Otra cuestión importante es la de la forma, el método. Cecil se opone al cine comercial desde su misma base: la forma de rodarlo. Muchas veces se cae en el error de querer sustituir un paradigma por otro mejor, cuando lo importante y necesario es cambiarlo por otro distinto, otro más adecuado y coherente con los nuevos principios.
eL PiRata RoBeRts se explica: no se trata de sacar la versión 8.7.9. del viejo paradigma/método tratando de que sea la mejor de todas. Se trata de sacar la 1.0. de un nuevo modelo más eficaz y adaptado a las nuevas exigencias.
Básicamente está hablando de las jerarquías. El cine independiente no puede reproducir el sistema jerarquizado de un rodaje convencional (modelo que seguro que le encantaba a Hitler y Stalin).
El método de las escuelas de cine (no olvidemos que todas son privadas y que el único objetivo de los que están ahí arriba es seguir estándolo) en que el director es el amo absoluto, en que el ayudante es el que manda en el rodaje y en el que los de sonido no pueden tocar los cables de los de fotografía, no parece el vehículo más coherente para transmitir mensajes "independientes" (con todas las comillas posibles).
No se puede pretender cambiar el mundo si no se empieza por cambiar las pequeñas cosas como las costumbres, los métodos de trabajo, la actitud… No se puede ir de izquierdoso por la vida y tener a cuatro runners currando 16 horas al día y sin cobrar un duro.
En este punto volvemos a encontrarnos en que el 90% del cine independiente vuelve a fracasar, en este caso en el método.
2ª Reflexión:
¿Qué tiene de independiente el cine independiente?

Sin duda, hay otras formas de hacer las cosas. Otras formas basadas en sistemas colectivos y asamblearios. Otros modelos en los que el consenso prima sobre las jerarquías y el colectivo sobre los liderazgos.
Se pueden hacer cosas interesantes con medios escasos (la digitalización todavía no ha explotado) y quizá sea esa la inyección que el cine necesita para salir de su letargo.

Es aquí donde debemos recordar que se trata de Hollywood ironizando sobre una hipotética confrontación contra su teórico rival.
Como siempre, Goliat vence (alguien se traga la historia de David?) al demostrar que su rival, en verdad, solo es su hermano pequeño que espera crecer para repartirse el pastel.

3ª Reflexión: ¿Sirve el cine para cambiar el mundo?
Me vienen a la cabeza nombres como Buñuel, Rosellini, Godard, Pasolini, pero… ¡Qué quiere que le diga!

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