jueves, septiembre 07, 2006

LUNAR PARK


Bret Easton Ellis demuestra en este libro que cuando el “enfant terrible” deja de ser tan “enfant”, se torna terriblemente insoportable.

En general el libro me ha defraudado aunque hay que reconocer que LUNAR PARK tiene puntos interesantes.
En primer lugar porque es el propio Bret el que a partir de su autobiografía acaba creando una fábula sociopolítica en torno a un argumento que no por repetido deja de ser interesante: el autor que es atacado por su obra.
En la primera parte del libro, la más fuck, ELLIS hace un resumen de lo que fue su vida desde la publicación de su primer éxito, Menos que cero, a la conclusión de la gira de su tercera novela Glamourama y estreno de la película inspirada en su segunda novela, American Psycho.

Es la parte más amena del libro: drogas, sexo, glamour, famoseo, drogas, crítica política, desfases, drogas…
En ella ELLIS demuestra porque está considerado como uno de los padres de la cultura del fuck.
El primer problema es que llegas a creer que el único objetivo de la cuarta novela de ELLIS es venderte las otras tres.
El segundo problema es que cuando acabas de leerte el libro… sigues pensando lo mismo!

Cuando termina la parte biográfica empieza la ficción. Insisto en que no deja de ser interesante el juego que el autor propone aunque se queda bastante cojo.
Aún así, se trata de un ejercicio estilístico que reflexiona sobre la validez de los géneros y las etiquetas culturales.
Marca un viaje, una ruta que va desde la biografía hasta lo paranormal, pasando por el thriller, el absurdo, el surrealismo…
El problema es que lo hace de forma torpe, pierde el ritmo constantemente, aburre… y lo peor de todo es que parece estar haciéndolo a propósito.

Es tan previsible que todas las alucinaciones son fruto de sus propios relatos (Quién piense leerse el libro que no lea la siguiente frase) y que Clayton es él de joven, (ya se puede) que acabas dudando de todo lo demás.
Por no hablar de la patética justificación final de los espíritus y del truco de decir a mitad libro que solo al final del mismo entenderemos porqué se llama Lunar Park.

Es todo tan obvio que acabas pensando que eres gilipollas porque no has captado la oscura metáfora sociopolítica que el autor ha planteado solo para algunos privilegiados.
Sr. ELLIS, creo que ha conseguido su objetivo: no he entendido su libro.

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