martes, septiembre 25, 2007

The Devil inside...

Daniel Johnston es un bicho raro. Un tipo extraño con transtorno bipolar. Unas veces reservado y otras locuaz, capaz de meterse en el bolsillo a quién quiera.

Tiene pájaros en la cabeza. Muchos. Eso le inspira y le da la vida pero también tiene demonios en la cabeza, muchísimos. Eso también le inspira, pero parece quitársela poco a poco.

Su enfermedad mental le ha hecho tomar decisiones "discutibles" porque negarle un contrato a Elektra porque en sus filas se encontraba Metallica lanzando mensajes satánicos no parece ser una elección acertada cuando uno quiere vivir de la música y hacerse famoso.
En cambio si lo es si lo que se pretende es pasar a la posteridad como el ídolo de los ídolos de los demás, es decir, el de Kurt Cobain, Sonic Youth, Matt Groening, Billy Corgan...
Johnston ha conseguido esto y debería ser feliz de no ser porque lo que el siempre había querido era lo otro, la fama. Es esta una de las principales contradicciones que envuelven su agridulce existencia.




Al leer la histoira de su vida uno cree que debe de estar muerto... pero no. Johnston sigue ahí, al pie del cañón. El sensacional documental "The Devil and Daniel Johnston" ganó en 2005 el premio a la mejor dirección en Sundance; galerías de arte de toda europa exhiben sus colecciones de dibujos y hace poco se atrevió con una gira internacional que le llevó entre otros sitios, a Estocolmo y Benicàssim.

A parte de su muy interesante discografía, el legado más importante que nos dejará Johnston es, sin lugar a dudas, el documental dirigido de forma magistral por un tal Jeff Feuerzeig. El director trata de indigar en su vida, en la relación entre la genialidad y la locura, en los sueños de un crio de Texas, en los límites del fracaso y sus delirios de grandeza.
La película arranca con una aplastante declaración de intenciones: Johnston, con unos 30 años, grabándose a sí mismo cara a un espejo y dice "hola, soy el fantasma de daniel johnston" de ahí en adelante, una serie de material filmado por el propio artista.
Gracias a la tradición yankee de grabar todo lo que pasa, se pueden construir verdaderas obra maestras a partir de vídeos caseros. Lo vimos en "Capturing the friedman's" y lo volvemos a ver en "The Devil and Daniel Johnston".

En definitiva, Johnston ha sido, es y será un artista total, cuya importancia no se limita a su obra, sino también a la obra de los demás que él ha inspirado.


No hay comentarios: