sábado, octubre 07, 2006

SUICIDE GIRLS

Hace tiempo que se viene demostrando que otro porno es posible. Por si había dudas, las chicas malas han llegado para democratizar el erotismo.
Las suicide girls son un alegato a la diversidad. En clara oposición al neumático modelo de perfección play boy, las suicide se muestran rebosantes de naturalidad.
Por supuesto que hay chicas 10 entre las suicide, pero no responden a un canon, a un modelo.
Más bien la apuesta, la marca de la casa (RoBeRts dice que este es su principal mérito) es el haber creado una máscara, un disfraz tras el cual, cada modelo puede ser ella misma.
Detrás de esa máscara de tatuajes, piercings, extensiones y chicas malas, cada suicide exhibe su personalidad propia.

El fenómeno suicide se puede incluir en una corriente que, dicen, trata de dignificar el porno.
Eon McKai quizá sea el más kistch. Su
estética es arrolladora y su fuerza visual está, a veces, muy por encima de su contenido sexual.
Bruce LaBruce es, en USA, un icono gay, pero también es un importante autor indie. ¿Dónde está la barrera entre una posición y otra? El director lleva ya años intentando derrumbarla.
La británica Anna Span está considerada como la primera directora de porno femenino en su país. En verdad, abarca tanto el lésbico, como el hetero y el bisexual. Su fresco y novedoso punto de vista es el que la destaca sobre el resto de sus compañeros.
Pero RoBeRts cree que hay algo más. No es que se quiera reivindicar el porno, sino que se está utilizando el porno como medio de expresión para emitir mensajes diferentes.
Para estos autores, el porno no es más que un vehículo para plasmar sus ideas. Para
esta gente el porno es un medio, no un fin.
En un mundo en que la representación de la violencia es cada vez más pornográfica tanto en cine como en televisión, es importante que sea la propia pornografía la que se redefina a sí misma.

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