jueves, febrero 22, 2007

VILLATOVIC

no, no me he vuelto loco. o quizá sí y por eso me encuentro haciéndome preguntas estúpidas del tipo "¿qué coño hace el pirata roberts hablando de fútbol?"
en principio no respondo, no encuentro motivos para ello, pero luego... luego vuelvo a ver la repetición del golazo en san siro mientras ella sigue insistiendo en que lo nuestro no funciona, que quizá nunca haya funcionado
"quizá nunca hizo falta que funcionara..."
mal comentario. ella se calla y marcha al baño (ya van cinco veces en solo dos cervezas) pero ni siquiera eso me preocupa.
repiten el segundo gol de san siro y, como todos los goles del equipo en los últimos meses, también sale de sus botas. el muy hijoputa ha conseguido fundir lo mejor del piojo y de pedja y por eso le envidio. él sabe siempre qué coño hacer, donde ponerse, a quién pasar la responsabilidad en los momentos oportunos.
quizá yo pudiera hacerlo, quizá pudiera decirle lo que realmente pienso de ella, lo mucho que la necesito aunque no la quiera, lo lejos que me siento de tenerla cerca.
ella vuelve decidida y sé que será la última vez que la vea. se me acerca, me acaricia y me desquicia. tiernamente me besa mientras hunde su tampón sangrante en mi cerveza no tan fría.
"que te jodan" grita, mientras se marcha la última oportunidad que tenía de salvar mi rutina

1 comentario:

Anónimo dijo...

No se porque está viendo el fútbol, si no le gusta. Aunque quizàs es otro de sus cambios de personalidad. No si aún resultará que cuando madure quiere ser Quique. Pobre idiota, no se cansa. Es como un niño con los dibujos animados. No hay manera de que escuche. Mejor, así no tendré otra vez ese puto sentimiento de culpa por decirle que hace demasiado que no le soporto. Uff que chicharro. Pues no juega mal ese Villa, a ver lo que le dura a Carboni. Sigue en su mundo. No va a cambiar nada. Otra vez el puto gol. No lo aguanto. Ni se ha enterado de que me he ido de su lado. Aunque la verdad es que nunda he estado a su lado, bueno hubiera sido patético querer estar cerca de semejante individuo ¿no? Menos mal que no me ha dado por...No, no he llegado ni ha quererle. Ahora ya ni le necesito, es casi un mueble. Pero que más da ya. Por fin me puedo despedir de él. No me apetece acariciarle, pero da pena que se quede sólo con sus chicos y su balón y sin un gesto amable que recordar. En breve ellos también le abandonarán. Que te jodan!
Por fin, ahora ya puedo escapar de su rutina.