al enterarse de que los jodidos yankees iban a hacer una versión de funny games (M. Haneke, 1997), RoBeRts no daba crédito a lo que oía, ¿tan grande es el poder de Hollywood como para corromper al terrorista emocional más cruel, radical y coherente de la vieja Europa?
Al enterarse de que no era otro sino el propio Haneke quién iba a llevar a cabo semejante sacrilegio RoBeRts se cogió la cabeza y a punto estuvo de lanzar su roído antifaz, a modo de toalla pugilística, al suelo.
Con Haneke en Hollywood, ya todo parece estar perdido... pero, entonces, uno ve el tráiler y cree comprender el porqué de todo esto: simplemente, naomi.
miércoles, junio 25, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario