sábado, marzo 03, 2007

THE DEATH OF KLINGHOFFER

El secuestro en 1985 del cruzero Achille Lauro por parte de terroristas palestinos en aguas del mediterráneo culminó con el asesinato del pasajero judío-americano Leon Klinghoffer.

El americano John Adams compuso una ópera basada en este acontecimiento. Una ópera que causó controversia dese su estreno en Bruselas en 1991, y mucho más con su llegada a USA en 1992.
Los sectores de poder judío la atacaron alegando que "romantizaba" el papel de los terroristas, justificando sus actos por una causa noble.
El británico Penny Woolcock la adaptó (magistralmente) al cine en 2003, cuando la ópera había pasado de ser considerada anti-judía a anti-americana tras el 11-S.
Los sectores judíos, que solo aceptan como bueno el argumento de que la vida de un judío vale más que la de 200 palestinos (Munich. S.Spielberg), volvieron a arremeter contra una obra que comete el pecado de empezar trazando un paralelismo entre el holocausto nazi y la política de Israel con Palestina.
Un paralelismo que todo el mundo conoce de sobras pero que al ser visto en pantalla impacta por una simple razón: es una verdad irrebatible.
La película luce un estilo ágil, dinámico y rico en recursos narrativos. El prólogo y el epílogo están narrados en off por un coro que acompaña a la imagen con sonido directo y sin diálogos. El resto de la acción transcurre según el lenguaje habitual del cine pero, eso sí, con los actores cantando. Se mira a cámara constantemente y sobra decir que la puesta en escena te saca constantemente de la historia, pero no del discurso.
Y es que esta ópera fílmica es un discurso, una reflexión que, partiendo de un hecho real, indaga en el origen de la violencia, en el límite entre la justicia y la venganza.
Se llego a decir que la obra presenta a los terroristas como Robin Hoods modernos, pero en verdad es todo lo contrario. Es cierto que la obra expone el motivo por el que los terroristas actúan, pero eso no significa que lo justifique. Siempre hay un "porqué" y los terroristas tienen el suyo. Ahora bien, es eso motivo suficiente para acabar con la vida de alguien? Por supuesto que no, y la ópera refleja ésto en su parte final.
La muerte de klinghoffer es la muerte de toda esperanza. Es la confirmación de que la historia se repite y se seguirá repitiendo hasta el fin de los días en la tierra del "ojo por ojo, diente por diente".
Ah, por cierto, la película es alemana.

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